Con Carlos Iafigliola, el precandidato seguidor de Bukele, que propone “cero ocio” en las cárceles

Carlos Iafigliola, precandidato a la Presidencia de la República por el Partido Nacional, tiene una raíz cristiana y propone la “defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural”.

Segundo intento

Carlos Iafigliola es uno de los precandidatos a la Presidencia de la República por el Partido Nacional (PN). El político tiene una raíz cristiana y propone la “defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural”.

Carlos Iafigliola compite por segunda vez consecutiva en la interna blanca. El precandidato pone énfasis en la seguridad pública y cree que Uruguay necesita una cárcel de máxima seguridad. Está a favor de que, en zonas puntuales, los militares ayuden a la Policía a reprimir el delito. Iafigliola conversó con HOY CANELONES sobre los motivos de su precandidatura, el desempeño del Gobierno y algunas propuestas que defiende, entre otros asuntos.

Al igual que en 2019, usted decidió presentarse en las internas del PN. ¿Por qué?
Es la patriada número dos. Me presento por las misma razones que en 2019, porque sentimos que ninguno de los precandidatos que tiene el Partido Nacional nos representa al cien por ciento. El Partido Nacional tiene muy buenos candidatos, pero tenemos una mirada distinta sobre distintos temas, una agenda distinta, y sentimos que el mejor aporte que le podíamos hacer al Partido era salir al ruedo a marcar nuestra posición. Seremos respetuosos de lo que la ciudadanía defina el último domingo de junio, y si nos toca perder, nos vamos a encolumnar detrás del que gane, como lo hicimos en las elecciones pasadas, buscando nuevamente el triunfo del Partido Nacional y la Coalición.

Si bien usted pertenece a un partido grande, su campaña lleva mucho de trabajo a pulmón…
Sí. No tenemos publicárteles ni grandes estructuras, pero tenemos convicción. Eso es lo que nos mueve y nos da fuerzas para seguir adelante. Obviamente que las condiciones no son las mejores. La recorrida es solitaria, no tengo chofer, Community Manager ni nada de eso que tienen otros. Hacemos todo a pulmón. Pero ya en la campaña pasada logramos abrir una estructura, modesta pero una estructura al fin, en todo el país. Hoy nuestra lista está en los diecinueve departamentos y en esa base es que nos estamos moviendo. Pero con mucho sacrificio, corriendo de acá por allá, a veces en ómnibus de línea o teniendo que meter un tarjetazo para el combustible del auto.

“Pensamos en respaldar a la Policía en salario, equipamiento y tecnología, pero no descartamos que también pueda sumarse a estas tareas, en algunos lugares, una guardia nacional integrada por militares”, dice el precandidato del Partido Nacional.

¿Cuáles son sus propuestas? Una de ellas, vinculada con la seguridad, llamó la atención por su nombre…
Presentamos un programa de Gobierno en 2019 y sentimos que ese programa sigue vigente. Allí tocamos los temas de siempre, con nuestra mirada de raíz cristiana, la defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural, la familia y los valores. Pero también pusimos arriba de la mesa un tema distinto, una propuesta de seguridad pública. Sabemos que lo que está habiendo cada vez más en Uruguay es un avance de las bandas vinculadas al mundo de la droga y el narcotráfico. Empezamos a mirar para afuera y vimos al ejemplo de El Salvador, que tenía esta problemática instalada desde hace muchos años, y la aparición de un presidente (Nayib Bukele) que empezó a aplicar un plan, fuerte y claro, que está teniendo resultado. Empezamos a comunicarnos con algunos de los asesores de seguridad de Bukele en El Salvador y armamos un plan propio, a la uruguaya, que se llama Impakto, con k, y tiene tres ejes fundamentales. En las zonas donde se instaló este mundo criminal tiene que entrar el Estado con toda su fuerza, con su fuerza policial, a reprimir, a hacer cumplir la Constitución y la ley. Pensamos en respaldar a la Policía en salario, equipamiento y tecnología, pero no descartamos que también pueda sumarse a estas tareas, en algunos lugares, una guardia nacional integrada por militares, tal cual lo proponía (el ex ministro del Interior, Jorge) Larrañaga en la campaña ‘Vivir sin miedo’. En esas mismas zonas hay que llevar adelante una reconstrucción del tejido social. El Estado también se tiene que instalar para ayudar a los jóvenes en el tema educativo, prepararlos en actividades y oficios, ayudarlos a insertarse en el mercado laboral… El tercer elemento del plan es crear una cárcel de máxima seguridad, un verdadero bunker, donde no entre ni salgan nada que no tenga que entrar ni salir. Proponemos, además, cárceles chicas para infractores de primera instancia, para que se puedan rehabilitar, y cero ocio en las cárceles.

¿Qué aspectos valora del Gobierno de Lacalle Pou y qué cree que quedó por hacer?
Le hemos dado respaldo al Gobierno en los principales temas, como la Ley de Urgente Consideración, la reforma educativa o la ley de Seguridad Social. En el debe quedó uno de los temas centrales para nosotros, que es la defensa de la vida. El presidente dijo que no iba a tocar la ley pero iba a hacer todo lo posible para bajar la cantidad de abortos. Enseguida pusimos arriba de la mesa un proyecto llamado alternativas al aborto, amparado sobre la propia ley de interrupción voluntaria del embarazo, en sus artículos 3 y 5, para que le puedan dar alternativas a las mujeres que van a una clínica a llevar adelante un aborto por su situación económica. El artículo 5 dice que para hacer esto hay que interactuar con las organizaciones idóneas de la vida social. Nuestro proyecto se basaba en tomar como plan piloto a las policlínicas de ASSE, interactuando con una ONG que lleva veinticinco años trabajando con mujeres en situación de alta vulnerabilidad social. Ese proyecto duerme en un cajón, y en 2022, durante nuestro Gobierno, tuvimos la peor cifra de abortos desde que se aprobó la ley hasta ahora.

F.G.